Mover los Sentimientos

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Viaje al centro de ti mismo: el autoconocimiento emocional

Todos hemos soñado, en algún momento, con ser los protagonistas de los viajes y aventuras de las novelas de Julio Verne pero, ¿habríamos tenido valor para ello?.

Vamos allá: "Viaje al centro de ti mismo". ¿Te atreves?

 

—No sé qué me pasa.

—Pues si tú no lo sabes, quién lo va a saber.

A veces nos sentimos mal con nosotros mismos, pero no podemos identificar exactamente de qué se trata o no sabemos expresarlo con palabras. A la mayoría nos ha pasado alguna vez. El autoconocimiento emocional, conocimiento de uno mismo o conciencia emocional es el factor esencial en la inteligencia emocional. Todos los constructos o modelos que abordan la inteligencia emocional incluyen el ejercicio de esta competencia que incluye la capacidad de reconocer nuestros estados emocionales.

¿Recordáis “Las 12 características de una persona emocionalmente inteligente”que vimos? Pues bien, las cuatro primeras características correspondían precisamente al autoconocimiento emocional, que posibilita la habilidad de observar, conocer y reconocer las emociones y los sentimientos, y ponerlos a nuestro servicio.

De la ira al entusiasmo, de la frustración a la satisfacción, cada día nos enfrentamos a relaciones interpersonales que movilizan nuestras emociones. Así, las emociones nos van habitando: las propias, consecuencia de nuestra personalidad, las resultantes de nuestra interacción con los demás y las ajenas, que sobrellevamos.

¿Se podría dar la posibilidad de llegar por ejemplo al trabajo libre de emociones, anestesiándolas o programándolas para un determinado horario? Me temo que no, pero nuestras emociones sí pueden proporcionarnos información valiosa sobre nosotros mismos, sobre otras personas y sobre determinadas situaciones. Si escuchamos la información que nos proporcionan las emociones, podemos modificar nuestras conductas y pensamientos con el fin de transformar esas situaciones. Escucharnos y escuchar los verdaderos sentimientos y actuar en consecuencia.

 

“De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo”

 

La persona consciente de sí misma es consciente de sus estados de ánimo. Son personas que conocen bien las facetas de sus estados emocionales, saben qué están sintiendo y por qué, comprenden los vínculos existentes entre sus sentimientos, pensamientos, palabras y acciones en sus relaciones interpersonales. Conocen el modo en que sus emociones influyen en su rendimiento y, si es el caso, han aprendido a aislar la aflicción en la mayoría de las ocasiones que las sufren.

Son conscientes de sus puntos fuertes y de sus debilidades, pero están animados al cambio y al proceso de aprender aquello que no dominan. No se sienten invalidados ni avergonzados por sus debilidades, saben que la transformación es posible con dedicación y perseverancia. Son sensibles al aprendizaje que les da la experiencia, a los nuevos puntos de vista, a la formación continua y al desarrollo de sí mismos. Y, muy importante, están abiertas a la crítica sincera y bien intencionada y cuentan con un sentido del humor que les ayuda a tomar distancia de sí mismos.

Las personas rígidas en sus emociones son personas que se sienten, a menudo, desbordadas por sus emociones, por tanto atrapadas a un bucle que parece tiene vida propia, en ocasiones sienten que no pueden controlar su vida emocional. No han elaborado, posiblemente, una consciencia emocional efectiva a su personalidad que posibilite adaptaciones al entorno social y cultiven la voluntad del cambio para actualizar sus sentimientos a sus necesidades vitales y actuar. Tratar de evitar la negatividad es una necesidad.

Precisamente, la regulación emocional propone reconocer, dirigir y canalizar las reacciones emocionales perturbadoras intensas. El objetivo consiste en mantenerse en un clima emocional equilibrado donde las emociones no lleguen a desencadenar una conducta indeseada. Para ello, el proceso pasa por:

—Entrenar la conciencia de la emoción cuando se está experimentando—.

Aprender a expresar el estado emocional, dar nombre a la emoción. La descripción es el gran valor de usar una herramienta de facilitación como nuestro Mover los Sentimientos. La brecha que abrimos desde nuestro interior al exterior ejercita una habilidad fundamental en nuestra vida. Es necesaria para abordar nuestra motivación, nuestros intereses, en general el desarrollo de la Inteligencia Emocional.

Aceptar el sentimiento, liberarlo de valoraciones o juicios prematuros, tanto el de uno mismo como el de los otros. Lo que somos y lo que sentimos implica también aprender a ser vulnerable y admitir que no se tienen todas las respuestas ni la capacidad para resolverlo todo y no equivocarnos. Integrar el sentimiento como parte de uno mismo y aprovechar su energía en la elaboración de una conducta deseada es el resultado de un buen trabajo de conciencia emocional. No olvidemos nunca el impacto que nuestras acciones y reacciones pueden tener en los demás y en qué medida les afectan y nos afectan. En conclusión, habilitar el bienestar ansiado depende de actuar acorde con los propios valores y en conciencia.

Además, la conciencia emocional nos ayuda en los procesos de cambio personal. Desarrollarla y aumentarla nos facilita el bienestar en las relaciones interpersonales de todo orden.

 

“Permitidme que comparta algo personal.

Hace unos años tuve un problema de salud grave. De hecho tardé más de dos años en “volver a ser yo misma” y retomar mi vida anterior. Durante ese tiempo, en el que llegué a estar muy limitada físicamente, empecé a escribir. Nunca había escrito con anterioridad.

Empecé a escribir libremente cualquier cosa que me acudía a la mente, rápidamente y sin detenerme. La idea era dejar que mi conciencia fluyera. Sin criticarme, sin juzgarme. Era una especie de diario personal en el que no había reglas, ni de contenido ni de formato. Empecé a escribir poesía.

Recoger los pensamientos y sensaciones que rodeaban mis estados emocionales resultó ser de gran ayuda.

¿Creéis en las casualidades? Yo prefiero llamarlo azar.

Justo cuando empezaba a retomar mis actividades me invitaron a participar en el proyecto del libro “27 de septiembre: un día en la vida de las mujeres”, en el que 29 mujeres escribían (o describían) en forma de diario personal lo que les acontecía o acudía a su mente en un mismo día. Veintinueve existencias diferentes de veintinueve mujeres distintas.

Continuo escribiendo, claro. Cuando analizo el día intento destacar especialmente los aspectos positivos (acordaros de mi anterior artículo “Fijar las experiencias positivas”). En ocasiones utilizo el método de escritura “automática” o “fluir de la conciencia”, en otras estructuro una especie de diálogo en respuesta a preguntas específicas, sentimientos o hechos que hayan tenido lugar durante el día. 

Aquí nació también la idea de “Mover los Sentimientos” como herramienta para trabajar con nuestras emociones y sentimientos. Tengo el juego en la mesita de noche. Después de ese proceso de escritura y/o diálogo extraigo una carta. Anoto cuál ha sido la carta extraída y, tras leer las Pistas y Simbología correspondientes en el dossier de trabajo, analizo las posibles relaciones entre la sugerencia recogida y ese diálogo interno que me ha movido a escribir. Intento anotarlo todo porque la memoria tiene su propia picaresca y, en ocasiones, resulta caprichosamente selectiva. Por eso, y porque si decido marcarme un “objetivo de trabajo emocional” lo repaso 10 minutos cada 24 horas durante los siguientes 7 días.

Un diario no es sino la excusa, el motivo aparente de algo que es más profundo: un vehículo para la expresión de los sentimientos y emociones como paso previo para comprenderlas y hacernos psicológicamente más fuertes y, emocionalmente, más inteligentes. Además ayuda a aliviar nuestras tensiones emocionales.

Bueno, ya sabéis un poco más de mí.”

 

La expresión de nuestro estado emocional es una habilidad que podemos entrenar y mejorar.

 

“Mover los Sentimientos” permite el desarrollo de Inteligencia Emocional a través de la conciencia emocional.
Nuestra herramienta tiene un soporte específico en el modelo de cuatro niveles jerárquicos de Mayer y Salovey (1997): 1) Percepción emocional: La capacidad de discriminar entre emociones y precisarlas. 2) Facilitación emocional del pensamiento. Las emociones dirigen la atención a la información importante. 3) Comprensión emocional. 4) Regulación emocional: La gestión de las emociones ajustadas a las situaciones. Para Mayer (2006) cualquier trabajo de reflexión y entrenamiento consciente ayuda al intelecto. Se plantea el beneficio de “Mover los Sentimientos” como catalizador para el desarrollo de competencias socioemocionales.

La herramienta tiene como propósito el entrenamiento en mejorar las competencias socioemocionales desde la conciencia emocional.

 

“Viaje al centro de ti mismo”: ¿te atreves?

 

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Modificado por última vez en
Carmen Sanjuán Pertusa

Diseñadora y Artista Plástica, Licenciada en Bellas Artes especialidad de Escultura por la Universidad de Valencia y especialidad de Diseño por la Universidad de Barcelona. Posgrado en Educación Emocional y Bienestar por la Universidad de Barcelona.

He ejercido como profesora de Secundaria y he sido colaboradora del Museo de la Ciencia de Barcelona. Actualmente realizo Talleres sobre Educación Emocional, Creatividad y Innovación para empresas y instituciones públicas.

Habitualmente escribo poesía y he participado en el libro coral "27 de septiembre: Un día en la vida de las mujeres" editado por Editorial Alfama.

Todas las ilustraciones que aparecen en la web, así como las de los juegos, son mías.

3 comentarios

  • Smithe687

    Very informative article.Really looking forward to read more. Fantastic.

    Smithe687 Miércoles, 16 Julio 2014 17:59 Enlace al Comentario
  • Carmen Sanjuán Pertusa

    Hola Annette, tus palabras me parecen muy oportunas.

    Realmente el camino del crecimiento personal no termina nunca. Continuamos aprendiendo y conociéndonos con cada ejercicio que hacemos, con cada conversación que mantenemos, ...

    ¿Para qué me está pasando esto?, para que priorice, para que me enfoque, agradezca, identifique mis creencias y/o mis bloqueos, me responsabilice de mis decisiones, ...

    Como indico en el artículo, cuando hablo de controlar no me refiero a un ”control mental” que persiga anestesiar los sentimientos o reprimirlos para que no tengan lugar, sino de ser conscientes de lo que sentimos y de cuándo y por qué lo sentimos. Si somos capaces de identificar las situaciones que desencadenan esos sentimientos, podremos regularlos adecuadamente en nuestro beneficio.

    Gracias por tus comentarios,

    Carmen Sanjuán Pertusa Viernes, 02 Mayo 2014 12:07 Enlace al Comentario
  • ANA

    Lo lei todo gracias a Dios porque la redaccion parecia que es algo controlado por la mente cosa que siento no es el camino, si verse es una tarea importante en la vida de uno, pero no buscando la perfeccion, da la sensacion de algo muy perfeccionista y creo que es un trabajo para toda la vida ya verse no es tarea de cualquiera, se necesita un fuerte deseo de Ser, y si creo vale la pena intentarlo siempre sin desanimarse, para crecer en una vida cada vez mas plena. Gracias por compartirlo, Annette. desde Argentina

    ANA Jueves, 10 Abril 2014 15:50 Enlace al Comentario

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